Dejar a los padres por la universidad
Hay muchas razones por las que puedes decidir irte de casa: puedes querer más independencia o tener un trabajo o unos estudios que te obliguen a mudarte. Otros jóvenes deciden irse de casa porque no se llevan bien con sus padres o se ven obligados a hacerlo por malos tratos o violencia continuada. Sean cuales sean tus circunstancias, irte de casa es una gran transición y hay algunas cosas importantes que debes tener en cuenta a la hora de decidir si te mudas o no.
Muchos jóvenes se enfrentan al reto de encontrar un alojamiento seguro y que les brinde apoyo cuando se ven obligados a abandonar su hogar a causa de malos tratos o conflictos familiares. Si este es tu caso, piensa en utilizar los siguientes apoyos:
Si tienes trabajo, tendrás que calcular cuánto te costará cubrir el alquiler, la fianza, la comida, los servicios públicos y las necesidades de transporte. Si no trabajas o eres estudiante, puedes ponerte en contacto con Centrelink para averiguar si tienes derecho a recibir alguna prestación de la seguridad social.Mudarse puede ser caro. Si lo planificas con antelación y cuentas con la ayuda de otras personas, hay muchas formas de ahorrar dinero. Aquí tienes algunas ideas prácticas para mudarte sin pasarte de presupuesto:
Me fui de casa a los 18
Irse a la universidad es siempre un momento difícil, tanto para los estudiantes que se van de casa como para los padres que se quedan. Una hija estudiante y su padre nos dan consejos para sobrellevarlo.
Mis padres me llevaron a la universidad al principio del primer trimestre. Fue estupendo, pero luego se quedaron por ahí, así que era difícil charlar con la gente de las habitaciones cercanas a la mía. Es mejor que nos dejes deshacer las maletas.
Es muy interesante que nos cuentes tus experiencias en la uni, pero recuerda que fue hace MUCHO tiempo, así que no lo cuentes tanto. Las cosas han cambiado mucho. Ahora tenemos muchas más deudas y será más difícil encontrar trabajo en el futuro.
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¿Puedo irme de casa a los 18 años sin el consentimiento de mis padres?
Si estás pensando en irte de casa y tienes menos de 18 años, es conveniente que hables con alguien de confianza O que llames a una de las agencias que aparecen en el apartado “¿Quién puede ayudarte?”. Deben mantener la confidencialidad o puedes ponerte en contacto con ellos sin dar tu nombre.
En la práctica, esto significa que si eres menor de 18 años y se informa o se descubre que no vives en casa a Seguridad Infantil o a la policía, tendrán que convencerse de que puedes atender tus necesidades básicas. Esto significa examinar si tú:
Si alguno de estos aspectos parece ser un problema, Seguridad Infantil evaluará si es probable que tu situación de vida te cause daños físicos, emocionales o mentales. A continuación, examinarán la magnitud del riesgo para determinar si intervendrán y con qué rapidez.
Cuanto más joven seas, más difícil será convencer a Seguridad Infantil de que eres capaz de cuidar de ti mismo, sobre todo si no vives con un adulto responsable, como un familiar o un amigo. Si la policía o el Servicio de Protección de Menores no están convencidos de que estás a salvo y puedes valerte por ti misma, pueden solicitar al tribunal una orden de protección de menores.
No quiero volver a la universidad después de visitar casa
Puede que te sientas inseguro sobre cómo actuar en el mejor interés de tu hijo adolescente y, al mismo tiempo, ofrecerle un apoyo eficaz, pero hay muchas cosas que puedes hacer para gestionar la situación y mantener una relación positiva. También es importante reconocer sus propios sentimientos y dar prioridad a su propio bienestar mental.
Los signos de rechazo escolar pueden incluir angustia antes de asistir a la escuela, problemas de salud, faltar a clase, abandonar la escuela o absentismo repetido. En algunos casos, la idea de ir al colegio puede provocar síntomas físicos como vómitos, rechazo a comer, temblores o ataques de pánico.
El rechazo escolar es diferente del absentismo habitual. Cuando un alumno “falta” a clase, lo oculta a sus padres o cuidadores. El rechazo escolar no se oculta; es una negativa rotunda a asistir que se deriva de la creencia del adolescente de que es incapaz de enfrentarse a la escuela.
El rechazo escolar a veces se denomina “no puedo ir al colegio” o “fobia escolar”. Esto se debe a que no se trata de una enfermedad mental ni de un problema de comportamiento en sí mismo, como podría implicar el término “rechazo escolar”. Se trata más bien de una expresión de trastornos mentales y dificultades emocionales subyacentes.