Cómo enfrentarse a los acosadores en la escuela
La amistad es una parte importante del desarrollo de los niños. Tener amigos les ayuda a ser independientes más allá de la familia y les prepara para las relaciones mutuas y de confianza que esperamos que establezcan de adultos.
Los miembros de la camarilla suelen seguir las normas del líder, ya sea llevar una ropa determinada o realizar ciertas actividades. Las camarillas suelen implicar muchas normas -implícitas o claramente expresadas- y una intensa presión para seguirlas.
Los niños que forman parte de una camarilla suelen preocuparse por si seguirán siendo populares o por si los dejarán de lado por hacer o decir algo incorrecto o por no vestir de determinada manera. Esto puede generar mucha presión. Los niños pueden sentirse presionados para correr riesgos, como robar, gastar bromas o intimidar a otros niños, con el fin de permanecer en la camarilla. También se les puede presionar para que compren ropa cara o participen en chismes y burlas en Internet.
Para la mayoría de los niños, los años de la preadolescencia y la adolescencia son una época para averiguar cómo quieren encajar y cómo quieren destacar. Es natural que de vez en cuando se sientan inseguros, ansíen ser aceptados y se junten con los chicos que parecen más atractivos, guays o populares.
Acoso escolar
La madre de una niña de tercero está sentada en mi despacho con la cara entre las manos. Entre sollozos ahogados, me dice que no sabe qué hacer. Lo ha intentado todo para ayudar a su hija a recuperar sus amistades en el colegio: ha quedado con las familias de las otras niñas para tomar un café, se ha reunido con el profesor y el director del colegio e incluso ha intentado organizar una fiesta de pijamas para reunir a las niñas, pero nada ha cambiado. Su hija no se lleva bien con el grupo que formó en preescolar y esta madre se siente impotente para ayudarla.
Su hija es víctima de lo que se denomina agresión relacional. Por razones que ella nunca entenderá, sus tres amigas íntimas han formado una nueva alianza y la han excluido. Se burlan de ella, difunden rumores sobre ella y la dejan fuera de sus actividades, animando a los demás a hacer lo mismo. No parecen tener remordimientos, mientras que ella experimenta ansiedad, pesadillas y dificultades académicas.
La agresión relacional puede ocurrir en persona o en línea y puede incluir cotilleos, difusión de rumores, humillación pública, creación de alianzas y exclusión social. A diferencia del acoso físico o la agresión verbal, la agresión relacional puede ser difícil de detectar. El recreo, los periodos de descanso, el almuerzo y el camino de ida y vuelta a la escuela son puntos calientes para la agresión relacional, pero el daño también se puede hacer fuera de la escuela, a menudo bajo el radar de los adultos.
Cómo hacer pagar a los acosadores
“Mi hija es una buena chica”, dice, y añade que sólo tiene diez años. “Su amiga hizo un anuncio en el colegio el viernes pasado -creo que al principio era una broma-: dijo que nadie debía hablar con un chico de su clase. Mi hija pensó que era una estupidez, así que se acercó al chico, le dijo ‘Hola’ y habló con él de todos modos”.
Pero al día siguiente, cuando su hija volvió del colegio, estaba destrozada. “Me dijo que como había ‘roto la regla’ y había hablado con el chico al que ignoraban, ninguno de sus amigos le hablaría”.
Pero el padre aún no estaba tranquilo. Estaba receloso y ansioso. Quería que su hija se enfrentara a su amigo o, mejor aún, que abandonara el grupo de amigos. Y, desde luego, no quería ver a esa “chica mala” en su casa.
Esta historia llega al corazón de lo que se ha dado en llamar “acoso relacional”. Es posible que también oigas los términos “chicas malas” o “agresión relacional”, que no son más que palabras diferentes para referirse a lo mismo. El acoso relacional puede incluir tácticas como:
Diferentes tipos de acoso
El rechazo familiar puede ser una de las cosas más duras por las que puede pasar una persona. Es comprensible experimentar oleadas de dolor y pena, y son sentimientos que no desaparecen de la noche a la mañana. Si estás luchando contra el rechazo familiar, debes saber que has dado un primer paso importante para curarte buscando formas de afrontarlo. Hay muchas cosas que puedes hacer para superar tus sentimientos, aceptar lo que no puedes cambiar y, en última instancia, salir del proceso más fuerte y resistente que antes.Este artículo se basa en una entrevista con nuestra psicóloga clínica y autora publicada, Asa Don Brown. Consulte la entrevista completa aquí.
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