Cómo evitar castigo colectivo colegio

Ejemplos de castigos colectivos

Resulta que castigar a toda la clase por las acciones de unos pocos niños no es eficaz. Los profesores utilizan esta táctica disciplinaria para aprovechar la presión de los compañeros. Por desgracia, no mejora el comportamiento y sólo hace que todos se sientan desgraciados.

Los profesores siempre han utilizado el castigo colectivo como parte de la disciplina estándar. Funciona así: uno de unos pocos alumnos incumple una norma de alguna manera. En respuesta, el profesor retira a toda la clase del recreo o castiga de alguna otra forma al grupo.

A veces, los profesores recurren al castigo colectivo cuando no saben quién es el culpable y nadie quiere dar la cara. Pero también recurren a él cuando sí conocen al culpable. Los adultos esperan que los que se portan mal no quieran enfrentarse a la ira de sus compañeros. La idea es que cambien su comportamiento para evitar la antipatía de los demás niños. Sin embargo, en el mundo infantil no es así.

En primer lugar, las últimas investigaciones apuntan a la ineficacia del castigo. La Academia Americana de Pediatría recomienda ahora estrategias de disciplina positiva. El mal comportamiento está relacionado con sentimientos de aislamiento y desconexión. El objetivo principal del castigo colectivo es la presión de grupo a través del aislamiento, por lo que se deduce que esta estrategia no es ideal.

¿Qué puede hacer para evitar el castigo?

Discúlpese por su error. Esta táctica es la más obvia para evitar el castigo, pero no funcionará repetidamente con una sola norma que hayas infringido, ni tampoco si no eres sincero al respecto. Si no puedes disculparte con sinceridad, no pierdas el tiempo.

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¿Qué tipo de castigo es más eficaz en las escuelas?

¿Qué tipo de castigo es el más aceptable en las escuelas? Las consecuencias naturales son la mejor forma de castigo positivo porque enseñan a los niños cómo es la vida.

¿Por qué es eficaz el castigo colectivo?

Bajo sanciones colectivas, una persona que es sorprendida tiende a cumplir en el futuro, al menos a corto plazo. En cambio, con sanciones individuales, un infractor individual disminuye su nivel de cumplimiento en el periodo siguiente.

Efectos psicológicos del castigo colectivo

Los derechos de los niños en la escuela están contemplados en la Convención de la ONU sobre los Derechos del Niño de 1989. Una de las ironías de la Convención sobre los Derechos del Niño es que los niños no participaron en su redacción. Si lo hubieran hecho, probablemente incluiría una disposición expresa que dijera que no deben ser castigados por cosas que no han hecho. Sin embargo, otorga a los niños el derecho, entre otros muchos, a ser disciplinados de forma que se respete su dignidad. Castigar a un niño por el mal comportamiento de otros es también una forma de trato degradante, y tanto los adultos como los niños tienen derecho a no ser sometidos a ello.

Ningún adulto aceptaría de buen grado un castigo por la mala conducta de otros y, sin embargo, esperamos que los niños se sometan a ello sin objetar. Este “error judicial” es sólo una de las muchas formas en que tratamos a los niños que nunca trataríamos a otros adultos. Los niños denuncian una serie de microinjusticias que soportan día tras día en la escuela, desde ser obligados a permanecer de pie frente a una pared, a entregar su correspondencia personal o a cumplir una serie de códigos de vestimenta a menudo sin sentido.

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Castigo colectivo convención de ginebra

La Importancia Del Castigo ColectivoDecent EssaysOpen DocumentMirar en un aula y uno vería que el castigo colectivo se ha utilizado durante mucho tiempo para provocar el buen comportamiento de los estudiantes, pero es hora de una mirada más cercana. Utilizar tácticas de presión entre iguales para intentar imponer normas a los alumnos de alrededor no suele funcionar. Los profesores que utilizan el castigo colectivo suelen encontrar más resentimiento entre sus alumnos que el buen comportamiento que buscan, lo que nos lleva a preguntarnos por qué seguimos pensando que el castigo colectivo es una forma eficaz de hacer que la gente se conforme. Utilizar el castigo colectivo va en contra de la igualdad entre los alumnos y de la equidad en el aula. Las escuelas no deberían aplicar el castigo colectivo como técnica para corregir el comportamiento, ya que puede ser perjudicial para alumnos inocentes, es ineficaz para corregir el comportamiento a largo plazo y puede ayudar a instruir a los alumnos para que manipulen a los demás con la presión de grupo.

¿Es el castigo colectivo un crimen de guerra?

Los alumnos aprenden mejor en entornos en los que se sienten seguros, aceptados y apreciados. Confiar en el castigo para controlar el comportamiento hace lo contrario. Los alumnos castigados sienten que sus profesores no les quieren. Estos efectos negativos también se aplican a los “buenos alumnos”. Castigar a un alumno provoca ansiedad en el resto de la clase, que se preocupa: “Quizá yo sea el siguiente”. Cuanto más ansiosos estén los alumnos, menos aprenderán.

Muchos alumnos se portan mal porque quieren llamar la atención. Castigar a los alumnos les proporciona la atención que desean. Cuanto más castigues a tus alumnos, más probable es que vuelvas a ver el mismo comportamiento en el futuro.

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Cuanto más se aplica un castigo, menos eficaz resulta. Los alumnos que son disciplinados una y otra vez acaban por aclimatarse. Esto conduce a un círculo vicioso: los profesores pueden recurrir a formas más fuertes de castigo para obtener los mismos resultados.

Las relaciones con los alumnos tardan años en construirse y segundos en destruirse. Perder los nervios, gritar o humillar a los alumnos destruye estas delicadas relaciones. Además de desmotivar a los alumnos, perderás el respeto y la cooperación.

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