A mi hija le quitan cosas en el colegio

Mi hijo amenazó con matarme

Es una lluviosa tarde de agosto y estoy en la cocina cortando verduras mientras mis hijos construyen fuertes en el salón. Mi teléfono vibra en el bolsillo trasero y me alegro de ver que es una amiga que me llama.

Piensa en ello. Después de oír una noticia terrible o durante un duro día de trabajo eres capaz de mantener la compostura y no llorar. Pero en cuanto ves a tu persona segura (marido, madre, mejor amigo) acabas hecha un mar de lágrimas.

Cada vez que tu hijo se abstiene de pegar a ese niño que le ha quitado el juguete, levanta la mano y se tapa la boca para no hablar fuera de tono o evita correr por el pasillo para ir al recreo, tiene que contenerse. Esta contención crece y crece, casi como una burbuja.

Cuando ves a tu hijo después de un largo día de colegio, quieres saber cómo le ha ido el día. Así que le haces preguntas como “¿Qué tal el día?”, “¿Tienes deberes?”, “¿Te has metido en líos?”, “¿Qué has hecho?”, “¿Has hecho amigos?”.

En lugar de hacerles un billón y medio de preguntas nada más verles, salúdales con frases como: “Me alegro de volver a verte” y “Bienvenido a casa”. Luego pregunte: “¿Quieres contarme tu día ahora o en la cena?”. Esto le da poder para decidir cuándo hablar.

¿Quitar cosas es un buen castigo?

Amenazar con quitarle el teléfono a tu hijo puede parecer una buena forma de conseguir que haga algo. Pero no suele ser una buena opción como castigo. Cuando le quitas el teléfono, estás apagando la televisión, prohibiendo los juegos, quitándole la posibilidad de hablar con sus amigos y castigándole, todo a la vez.

¿Quitarles cosas a los niños es un buen castigo?

Si le quitas un privilegio que realmente no le importa a tu hijo, no será una consecuencia negativa eficaz. Elige algo que realmente vaya a afectar a tu hijo, pero no de forma punitiva.

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¿Qué hace que un niño sea destructivo?

Por qué algunos niños recurren a comportamientos destructivos. El hecho es que la mayoría de los niños destruyen cosas como una forma de afrontar la situación. No pueden hacer frente a sus frustraciones y sentimientos extremos, y destruir la propiedad es una especie de liberación. Les hace sentirse mejor, aunque sólo sea por un rato.

Cómo disciplinar a un niño

Los bebés y los niños pequeños son curiosos por naturaleza. Por eso conviene eliminar las tentaciones y los objetos inaceptables: televisores y aparatos de vídeo, equipos de música, joyas y, sobre todo, productos de limpieza y medicamentos, deben mantenerse fuera de su alcance.

Cuando un bebé que gatea o un niño pequeño errante se dirija hacia un objeto de juego inaceptable o peligroso, dígale “no” con calma y retírelo de la zona o distráigalo con una actividad adecuada.

Los tiempos muertos pueden ser una medida disciplinaria eficaz para los niños pequeños. A un niño que pega, muerde o tira comida, por ejemplo, hay que explicarle por qué su comportamiento es inaceptable y llevarlo a una zona designada para ello -una silla de cocina o la escalera de abajo- durante uno o dos minutos para que se calme (los tiempos de espera más largos no son eficaces para los niños pequeños).

Es importante no azotar, pegar ni abofetear a un niño de cualquier edad. Los bebés y los niños pequeños son especialmente incapaces de establecer una relación entre su comportamiento y el castigo físico. Sólo sentirán el dolor del golpe.

Y no olvides que los niños aprenden observando a los adultos, sobre todo a sus padres. Asegúrate de que tu comportamiento sirva de modelo. Causarás una impresión mucho más fuerte guardando tus propias pertenencias en lugar de limitarte a dar órdenes a tu hijo para que recoja los juguetes mientras tus cosas se quedan tiradas por ahí.

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Texto sobre problemas escolares

Llega un momento en que todos los padres se preguntan cuál es la mejor manera de disciplinar a sus hijos. Tanto si se trata de un niño que grita como de un adolescente enfadado, puede ser difícil controlar los nervios. Ningún padre quiere encontrarse en una situación así, y lo cierto es que los gritos y la violencia física nunca ayudan.

Por suerte, hay otros métodos más eficaces, y uno de ellos es la disciplina positiva. Hemos consultado a Lucie Cluver, catedrática de Trabajo Social Infantil y Familiar de la Universidad de Oxford y madre de dos niños, para que nos explique cómo puede ayudar a los padres a establecer relaciones positivas con sus hijos y enseñarles habilidades como la responsabilidad, la cooperación y la autodisciplina.

Las pruebas son claras: los gritos y los golpes no funcionan y, a la larga, pueden ser más perjudiciales que beneficiosos. Gritar y pegar repetidamente puede incluso afectar negativamente a toda la vida del niño. El “estrés tóxico” continuado que genera puede conducir a una serie de consecuencias negativas, como mayores probabilidades de abandono escolar, depresión, consumo de drogas, suicidio y enfermedades cardiacas.

Interrupción en las aulas

Quitar privilegios puede ser una estrategia disciplinaria muy eficaz cuando su hijo se porta mal. Tanto si decide quitarle un evento divertido como si le quita su juguete favorito, hay algunas estrategias que harán que la retirada de privilegios sea una consecuencia eficaz que puede animar a su hijo a tomar mejores decisiones en el futuro.

A la hora de quitar privilegios, hay que ser realista y lógico. Por ejemplo, no querrás quitarle el Chromebook si es necesario para el colegio. Del mismo modo, no les quites cosas que necesitan, como la comida o la cama.

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Quitar privilegios enseña a los niños que los privilegios hay que ganárselos. Quedarse despierto hasta tarde, usar aparatos electrónicos y visitar a los amigos depende del buen comportamiento. A continuación te explicamos cómo puedes incorporar la supresión de privilegios a tus medidas disciplinarias.

Cuando su hijo incumpla las normas, elija cuidadosamente el privilegio que desea quitarle. Mientras que a un niño puede afectarle la pérdida de sus juguetes, a otro pueden no importarle los juguetes con tal de poder ver la televisión. Piensa bien qué privilegio significa más para tu hijo.

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